Alcanzando
Un sueño
La dulce Xali del CailahuaTomado de Gustavo A. Prado: Leyendas Coloniales. Ediciones del club del libro nicaragüense, Managua, 1962.
Por la noches, dice un antiguo romance, vaga sobre el haz de las aguas de la laguna de Masayan el fantasma de la dulce XalÃ.Los pescadores tienen buena pesca en el plenilunio porque la dulce Salà vagas sobre el haz de la laguna de Masayan.La brisa que riega el agua, hace y deshace los pliegues de la túnica de l a dulce XalÃ.
Pescador, es el plenilunio; toma la barca y tu atarraya y ándate a Cailahua que la dulce Xalà va sobre el haz de las aguas.Kieg, hijo de un principe Quiché, llegó un dÃa a pescar por los dominios del cacique de Nindirà y prendose locamente de XalÃ, la hija d este. Cuando de supieron sus pretensiones, el hijo del cacique de Jalata, llamado NancimÃ, quien estaba ofrecido en matrimonio porque asà convenÃa a una alianza que ambos caiques habÃan convenido, se sintió hondamente despechado; entre las pequeñas cortes hubo un movimiento de desagrado y juaron hacerle la guerra al extranjero que arrebataba la dicha del bravo NancimÃ, mas el padre de XalÃ, agradaba el matrimonio con Kiev, y no vio con desagrado los amores.Herido en su amor el de Jalata, cuando supo que el amigo le era infiel a la palabra empeñada, dispuso hacerle una visita acompañado de numeroso séquito, llevando consigo un mil súbditos armados con lanzas y agudas flechas de huiscoyol.
En efecto, después de haber enviado un heraldo anunciándole su visita, se puso en camino el de Jalata embarcándose en hermosas canoas empavesadas llevando músicas y haciendo una feliz travesÃa sobre las aguas dormidas de la laguna de Masaya. Del otro lado esperaban para darle la bienvenida los del señorÃo de Nindirà que asà mismo acompañaron con flautas, tunes, chirimÃa y tambores al cortejo que traÃa el de Jalata.Que se dijeron los caciques es fama que nunca llegó a saberse, pero Kieg, unio su destino al de la dulce XalÃ.Las fiestas que acordaron fueron por varios dÃas, celebrándose en la plaza torneos y simulacros divertidÃsimos, mas el mejor numero fue la casa del venado, hecho en plena selva hacia Ticuantepe.CaÃa la tarde y las aguas de Masayan se tenÃan de oro y gualda, Kiev y Xalà habianse quedado atrás, olvidados de la vida y del mundo, engarzando un collar de horas para el porvenir.
Nancimà que disfrutando entre el cortejo habÃa asistido a la cacerÃa, habiase adelantado y oculto tras la maleza espiaba el paso de la pareja.De repente el zumbido de una flecha paso sobre a cabeza de los novios.- ¿Oyes? – dijo XalÃ.- Si, es el pájaro que anuncia la proximidad de la noche.- es una flecha – repuso ella -, mÃrala como quedó clavada en el tronco del JenÃzaro.- ¿Pero quien podrá ser?- Solo uno: NancimÃ...- Ah –dijo el joven indio.- Y no pudo decir mas, una segunda flecha mas certera le atravesó el cráneo y cayo muerto en el camino.Xalà se precipitó sobre el cadáver adorado y besando la herida abierta por donde la vida se escapaba grito en el silencio de la tarde.- ¡Kiev! Oyeme, soy yo tu XalÃ...Pero como un tigre salto Nancimà al camino y tomando por el talle a XalÃ, le dijo:- MÃa o de nadie, XalÃ.¡A mà todos!Y brotaron de la maleza varios compañeros.
Bajaron por los despeñaderos de la laguna llevando a la princesa, travesaron la costa de rápida pendiente sembrada de lava y al llegar a las orilla, tomaron una canoa que los condujo a la parte opuesta, en donde se mira la roca cortada a pico de Cailahua: luego buscaron la parte accesible a la parte humana y bajaron hacia la gran cañada en donde corren las aguas lluvias a precipitarse en el despeñadero del Cailahua.Era el plenilunio, la luna con luz perla baña el monte silencioso y Nancimà quiso con dulces palabras llegar hasta el corazón de XalÃ.
El sol de la mañana sorprendio a Nancimà a los pies de XalÃ, y ella desolada llorando al bien amado muerto.- Di, XalÃ, ¿no me quieres?-¡Quiero la muerte para unirme con Kiev!-Si eso quieres la tendrás ¡cruel!Y retirándose a una distancia regular le dijo:-Toma, ahà va y no serás ni de aquel ni mÃa.Y le disparo una aguda flecha de huiscoyol.En la roca, desde entonces se mira una sepultura abierta y alrededor varios jeroglÃficos que dicen ser la tumba de la dulce XalÃ.