Alcanzando
Un sueño
La carretera Nagua
La carretanaguaITomado de "La Carretanagua," en Enrique Peña Hernández: Folklore de Nicaragua. Editorial Unión. Masaya, 1968.La gente se siente sabrecogida de terror cuando oye pasar la Carretanagua, que sale coma a la una de la mañana, en las noches ascuras y tenebrosas.La Carretanagua al caminar hace un gran ruidaje; pareciera que rueda sobre un empedrado y que va recibiendo golpes y sacudidas violentas a cada paso. También pareciera que las ruedas tuvieran chateaduras. La verdad es que es grande el estruendo que hace al pasar par las calles silencias a deshoras de la noche.
Los que han tenido suficiente valor de asomarse por alguna ventana y verla pasar, han dicho que es una carreta desvencijada y floja, más grande que las corrientes, cubierta de una sábana blanca a manera de tolda. Va conducida par una Muerte Quirina, envuelta en un sudario blanco, con su guadaña sobre el hombro izquierdo.Va tirada par dos bueyes encanijados y flacos, con las costillas casi de fuera; una color negro y el otro overo.No da vueltas en las esquinas. Pues si al llegar a una tiene que doblar, desaparece; y luego se la oye caminando sobre la otra calle.No saben los indios de Monimbó a ciencia cierta qué objetivo tengan las andanzas de la caretanagua. Creen algunos que pasa anunciando la próxima muerte de alguien; pues ya se ha visto que al siguiente día de haber pasado, una persona enferma de pronto, se pone «mala» y muere. ésa dice la gente que se la llevó la Carretanagua —por el hecho de que habiendo estado sana, enfermó y murió por el pase de la mortífera carreta.No son pocos los indios que aseguran que la Carretanagua no va tirada por bueyes, ni por ningún otro animal.
Dicen que camina sola, es decir, por su propia virtud. Pero sea como fuere, la verdad, es que su paso es temido por la gente del Barrio Monimbó; porque les crea un ambiente de incertidumbre y desasosiego; y los hace interrogarse a sí mismos:«¿Pasará hoy por mí?—¿Estaré yo en la raya?»IITomado de “Una carreta de leyenda,” en Eduardo Zepeda Henríquez: Mitología nicaragüense. Editorial “Manolo Morales,” Managua, 1987.. . . La verdad es que somos un pueblo fronterizo entre las realidades y los mitos. Por eso, de seguro, nos inventamos la Carretanagua; una carreta fantasma, que es como la sombra de nuestra carreta. «Nagual» o «nahualli» quiere decir brujo. De ahí que esa carreta mitológica sea, substancialmente, una carreta embrujada que salía por las noches, haciendo un ruido infernal, antes de que llegaran a nuestras calles el asfalto y los nuevos adoquines.Y adviértase que el mito de la Carretanagua es, sobre todo, auditivo, como que los vecinos de nuestras ciudades.
Y asustados por el estruendo, casi no se atrevían a contemplar el paso de aquel espectro. En realidad, las calles nicaragüenses eran entonces empedradas, con tantos cantos irregulares, que se llegó a decir que la Carretanagua tenía, al parecer, las ruedas cuadradas . . .(. . .) Nuestra Carretanagua, se distingue primero por su nocturnidad. Es, en efecto, el polo negativo del sistema binario; es el revés de la carreta que trabaja de sol a sol en el campo nicragüense; es, en definitiva, una carreta que conduce la Muerte. Nuestro pueblo dice también que la pareja de bueyes de la Carretanagua es una yunta de esqueletos . ..